Un nuevo momento...
Cuando pedirle y rogarle a Dios significa “estar despiertos” y permeables para dejarnos atravesar por la Luz, para percibir la unidad, algo de la sensación de la vida en un grado de plenitud superior, de integración efectiva con la totalidad. Cuando cumplir con los deberes fundamentales significa trabajar para cultivar nuestra presencia en los planos esenciales, espirituales de nuestra existencia, consagrados en la matriz jurídica vigente. Cuando emanciparse significa saltar hacia una comprensión esencializada del sentido de nuestra existencia, hacia una noción de realidad más lúcida, donde la convicción de ser parte de un todo se instala categórica, recreándolo todo, trascendiendo la esclavitud y la obscuridad y concediéndonos la Libertad por naturaleza. Cuando educar a nuestros hijos significa reconocer en primer lugar, de forma nítida y coherente nuestra naturaleza fundamental, nuestra identidad esencial, la presencia de una dimensión espiritual y una material, y en