16 de julio 2011
Lloviendo, son 06:45 AM, con mis hijos, los cuatro más chicos durmiendo, de vacaciones. Julieta, Fonsi y Luti, pasando victoriosos por la tarea de adecuarse a un nuevo escenario con otras demandas. Me conmueve paladear el logro, mis hijos ofreciendo el fruto de un esfuerzo, para su aprendizaje y el aquilatamiento de sus capacidades, que son recibidas con sorpresa por sus profesores y contento por su madre. Quizás si son ellos los más naturales y quienes menos se sorprenden, rápidamente se pusieron a tono y el Luti es el primer alumno de su curso, la Fonsi la segunda y Julieta dentro de las destacadas, en apenas un semestre. Su capacidad para responder a una otra exigencia, avalados por un otro plano actualizado, que ha sido llamado a través de la relación que en su dinámica se ha formulado permanentemente en su formación, conducida por nosotros, sus padres. Esta convicción, que surge en algún momento, para integrar el espacio meta de la existencia en los proyectos humanos, y que marca...