Trascender la Violencia Esencial



Obligaciones del Estado y Responsabilidad Ciudadana en un contexto de Derechos Humanos Esenciales.

Al final de los 60, el siglo pasado, se manifestaba en Chile una fase donde la inquietud ciudadana forzaba la transformación. Eduardo Frei, Salvador Allende, representaban la presencia de una conducción colectiva que exploraba viajar hacia la evolución, que marcó a muchos Chilenos de distintas formas, pero donde una profundidad en la existencia fue tocada por la conciencia social.

A fines de los 80, se repite la manifestación, activación social que fuerza el cambio de la conducción política, fuerza social que se explicita, exige, y actúa como factor, mandatando condiciones para abrir espacios y liberar la tensión. Se realizan ajustes que neutralizan la inquietud, sin alcanzar transformaciones suficientes en los planos esenciales. No hay salto evolutivo.

A fines de la primera y a principios de la segunda década de este nuevo siglo, otro momento de activación social, con los Estudiantes y la Ciudadanía, que se ha pretendido neutralizar, adormecer, sin lograrlo, afortunadamente. Las demandas se han mantenido y madurado, más firmeza, más esencialidad, demandas mejor impregnadas de otro modelo, demandas que ofrecen propuestas, y que se encuentran -desde nuestra perspectiva- protagonizando la realización de una transformación paulatina desde planos más esenciales del funcionar colectivo, que son imperceptibles para muchos, pero muy bien aquilatados por distintos responsables con sensibilidad por las dimensiones del Espíritu.

Hasta ahora han sido insuficientes los esfuerzos por alcanzar ajustes maduros, transformaciones significativas, por conquistar la Fuerza Espiritual necesaria que permita trascender los opuestos, integrar y conquistar la Unión, que resulten en la cristalización de una convivencia ciudadana justa, equitativa, equilibrada donde el respeto por una condición humana espiritual, lúcida, actualizada, evolucionada, científicamente conocida y juridicamente resguardada sean el eje y el principio.
¿Por qué no?, ¿Por qué conformarnos con menos?

El Cambio de Modelo -uno del tipo dos, que significa pasar a otra lógica- no ha cristalizado, las razones son para un estudio fino: falta de Madurez, Pequeñez, Mezquindad, sobre todo Ignorancia. Falta de Conciencia.

Este momento nos encuentra procurando que la oportunidad en desarrollo -otra más- nos reciba mejor preparados, para aprovechar las condiciones, la energía disponible, y conseguir saltar a otro Plano de Conciencia para todos, y no desgastarnos -como ha sido hasta ahora- en hacernos la Guerra, actitud casi imposible de trascender en el contexto del actual Modelo.

Todos más Concientes de la Vida en grado suficiente, alcanza y sobra para ser felices. Cuando se incluye la Dimensión Espiritual en la Conciencia, todo se recrea y se enriquece. Cualquier ajuste de la materia -como mejor distribuirla, por muy necesario que sea, pero sometiéndonos al mismo nivel de ignorancia, redundará en más de lo mismo.

La jerarquía del anhelo para este proceso evolutivo debe ser -por científica, por inteligente, por Jurídica, por la propia experiencia, por la constatación de los suficientes- real, madura, con espíritu incluido, efectiva, conducida por poderes Laicos, Ciudadanos, donde lo sagrado de la existencia, por formar parte de la realidad sea cultivado eclécticamente y jamas desatendido, por lo trascendente que es para el resultado perseguido en beneficio del Colectivo, el Bien-Estar, el Bien Común.

Nuestra condición esencial, la de Seres Espirituales habitando en materia, se consigna explícitamente en el 1er artículo de nuestra Constitución, y en el artículo 5° se define y establece el territorio de soberanía que esta condición determina para los Ciudadanos, que el Estado debe reconocer, garantizar y en ningún caso violar. En el artículo 19 se explicitan y enumeran algunos Derechos Esenciales, con la intención de establecer Facultades para cultivar esta Dimensión de la Realidad de la Existencia, como, entre otros, el Derecho a la Vida y la Integridad Física y Psíquica, la Libertad de Pensamiento, la Libertad de Conciencia, de Culto, todas estas Libertades Fundamentales que son propias de nuestra Identidad Esencial,que trasciende la identidad nacional, razón por la cual son también objeto de protección internacional. Así ha sido establecido en diversos tratados de Derechos Humanos a nivel Americano y Mundial, ratificados por Chile. (Derechos Esenciales-Derechos Espirituales)


En esta oportunidad el Cambio de Modelo, el salto a otro Paradigma, debe ser lo mínimo, recrear la realidad oficial que impregna nuestra comprensión, que significa definitivamente, mas y distinto que cambios materiales, como de Modelo Económico, el cual se vera también transformado. Atendiendo a un objeto Vivo, con Espíritu, brotará otra Calidad, Satisfacción de otra jerarquía, así la Educación se afinará, la Salud, la relación con el Medio Ambiente, la redistribución de la riqueza y las oportunidades, la Integración Transcultural, y todas las Dimensiones de nuestra convivencia Humana.

Es muy difícil alcanzar una comprensión integrada de la violencia en Chile, cuando la autoridad oficial, principalmente y contando con la complicidad de todos nosotros, ignora que al rechazar -con su poder- planos sutiles de la existencia, engendra una Violencia Esencial, cuando descalifica, cuando rechaza, cuando desconoce la identidad Espiritual de los Ciudadanos, y pretende imponer un trato sin Dignidad, sin Espiritualidad incluida.

El desarrollo material no es garantía. Necesitamos evolucionar y ajustarnos al mismo tiempo al Derecho, que reconoce la existencia espiritual de la vida humana, e incluir el trabajo para cultivar el Espíritu, como implora y obliga tan explícitamente la Declaración Americana para los Derechos y Deberes del Hombre (1948).

La buena noticia es la impresión de ir viajando -más allá de las turbulencias superficiales, aparentes- hacia un encuentro trascendente de todas las fuerzas, donde la Paz, madura y efectiva, no desprovista de Firmeza, se instale para el Bien de Tod@s.
... Ya algunos paladares sutiles lo pueden sentir.


Política de Drogas y Derechos Esenciales
Se ha trabajado para trascender prejuicios. La relación social con la Cannabis, que se ha ido depurando muy rápidamente, para sorpresa de todos, ha significado un ejercicio de consecuencia y una oportunidad para reunir las miradas trascendentemente, sobre la epistemología social, sobre el cómo conoce la colectividad.

La Declaración de La Antigua, Guatemala (2013), señala, en su punto 10, que el tema de Las Drogas debería atenderse en el contexto de los Derechos Esenciales, es decir, en el marco de un Paradigma donde la Espiritualidad no se tranza.

Los responsables que optan a desempeñar tareas públicas, están siendo escrutados por observadores más esenciales, por una sociedad con más capacidad para optar libremente y recrear sus preferencias. La exigencia es más profunda, sintonizada con otro Modelo, proponiendo caminos creativos.

La cosmética de lo de siempre será reconocida como incapacidad. La confianza, el respeto por la dignidad fisiológica de la vida humana a la que se pretende servir, debe ser nítida, categórica, clara, sin dudas.

La lectura, la construcción de realidad desplegada, debe exhibir la jerarquía de un paradigma como el que Einstein promovió, un hombre inteligente, que como científico nos mostró un camino -como tantos otros seres humanos sabios- uno con existencia Metafísica, Transmaterial, Espiritual.

Todos los Chilenos nos merecemos -y todos los Americanos- vivir en un contexto de inteligencia de esa jerarquía, no aceptemos menos que esto.

El Poder siempre ha sido nuestro, el mismo de todos, ejerzámoslo con altura, y pasemos ya a otra cosa, donde la Felicidad y la Armonía, brote como natural, ahora, en esta Vida.

Junio 2013, vigente.



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