La Doctrina del Derecho, Emancipación Ciudadana, Cultivamos Cannabis
Sin
lugar a dudas nuestra convivencia debe regirse por lo que dicta la
matriz jurídica vigente.
Como
Ciudadanos responsables nos encontramos obligados -cuando aceptamos
participar de la dinámica cultural dada en este Territorio Chileno-
a proponer iniciativas que brotan de la comprensión alcanzada para
lo que son los principios esenciales de convivencia que debemos
compartir. Como resulta ser la noción de la condición Humana
con que vamos a trabajar, según lo ya establecido y que se encuentre
vigente.
Milagrosamente
el espacio jurídico que se desprende de nuestra Constitución -y en
el contexto del Derecho Internacional, particularmente los tratados
especiales de Derechos Humanos- se encuentra impregnado de
esencialidad, coincidentemente a lo que la ciencia contemporánea
concluyó en relación a la nececidad de incluir la presencia de
espacios de realidad donde la Energía, la Vida, acontece más allá
de la manifestación material, lo esencial, lo
espiritual.
En
este instante en Chile, se realiza un momento donde, con la fuerza de
iniciativas levantadas desde los espacio de Derecho para los
Ciudadanos, se cataliza un proceso para cristalizar el ajuste
necesario para potenciar la convivencia en nuestra cultura, con una
dinámica que efectivamente incluye la Esencia, integre oficialmente
un interés para operar y atender otro planos de realidad en la
conciencia colectiva, y esto porque los síntomas de descomposición,
de degradación, de injusticia, del absurdo, y otros innombrables,
nos obligan a reconocer la urgente necesidad de realizar ajustes más
esenciales, ahora ya.
Es
la ciudadanía la que se encuentra precisamente realizando,
comportándose, funcionando en la vida cotidiana, incluyendo planos
de realidad más sutiles, como algo natural, en virtud que la propia
Ley le reconoce facultades soberanas al Ciudadano, para su
realización Espiritual.
La reivindicación del empleo de Cannabis
(incluyendo su cultivo) para estos fines, está siendo la herramienta
para forzar el cumplimiento de la Ley, exigiendo respeto por las
Libertades Fundamentales.
Paulatinamente,
de modo transversal, se ha ido trascendiendo el prejuicio sobre la
planta, la Cannabis, y simultáneamente la Espiritualidad ha ido
impregnando la consciencia colectiva, recreando la comprensión de lo
que es bueno y malo, devolviendo protagonismo a los Ciudadanos,
empoderándolos para el desarrollo de experiencias más integradas,
que permiten recuperar grados de Presencia, Libertad y autonomía.
Se
ha iniciado el proceso de Participación Consciente en nuestra vidas,
que está permitiendo, de hecho, con propiedad incluir el uso de la
Cannabis en Chile como una medicina, en distintos ciudadanos que
experimentan sufrimiento, consiguiendo trascender los actuales
límites de la Medicina Oficial.
El
interés por incluir otro plano de realidad en la consciencia,
individual y colectivo se destapó.
Con
grados diversos de comprensión -que están relacionados con la
madurez de quienes participan- se aprecia la evolución, alcanzando
dignificación para Prácticas Espirituales clandestinas, como el
uso de cannabis con estos fines, por ejemplo en el uso recreativo o
sacramental, que al igual que en el caso del uso medicinal, lo que se
busca es enriquecer las oportunidades actualizando en la conciencia
planos de realidad con niveles superiores de integración, que
recrean, cuando el proceso es conducente, la noción de lo que Es y
lo que Somos, espiritualizando la existencias. En el mismo sentido se
puede comprender el empleo de Cannabis en la capacitación de
Profesionales que se desempeñas en ámbitos donde esta noción de lo
Humano es fundamental y determinante.
A
través de la oportunidad que esta planta por su generosidad nos
brinda, se consigue no solo levantar el prejuicio para con ella y sus
usuarios, sino que se abre el camino para un estudio impregnado con
una mirada enriquecida, de otros motivos de sufrimiento y confusión,
como los que se experimentan en Salud, Educación, Justicia, o en la
relación con el Pueblo Mapuche, con nuestros hermanos Peruanos y
Bolivianos, o que se expresan en el conflicto entre “ricos y
pobre”, y tantos otros.
La
noción de un Ser Humano con Identidad
Esencial, trascendente a la identidad
territorial propia de las Naciones, nos eleva y determina para
asumir nuestra Existencia
en el Plano Espiritual, que nos
aúna, con los Otros y con Lo Otro, con Todo.
Un
punto en la gran red que vibra, de la que tomamos consciencia en
distintos grados y a través de distintos caminos, pero que cuando se
constata brota la certeza y surge la convicción de que Es Así, y de
que es un Principio, El Principio Fundamental de la Matriz Jurídica
que nos rige.
Todo
aquel que soslaya el Espíritu es un Ignorante de la Ley escrita, y
sus acciones se realizan con un grado de obscuridad que es
anti-jurídico, que no está en Derecho.
Entonces,
y considerando nuestras obligaciones, la ciudadanía se integra con
su profundidad y su amplitud en la conciencia, y funciona inclusiva,
y llama y exige la coherencia, el cumplimiento de la Ley que ya está
dictada y escrita, pero no en funciones.
Desconocer
una dimensión esencial de la vida humana, en Salud, en Educación,
para Gobernar el país, en la actualidad, es Negligencia Inexcusable.
El
trabajo de servicio que se realiza, aquel que todos le encomendamos
al Estado para que se haga cargo de administrar realidad y recursos
para la máxima realización de todos, Espiritual y material, se
conduce desde el Oscurantismo.
“Yo
soy atea/o”
¿Que
significa eso?, ¿Que no creo en Dios?...
Cada
uno puede “creer” lo que quiera.
La
realidad, la verdad, incluye espiritualidad,
un plano de existencia más esencial. Llamémosle como nos parezca,
Dios, El Tao, El Cosmos, La Creación, el asunto que importa es que
para gobernar, existen leyes explícitas donde el plano Espiritual de
la vida de los ciudadanos es objeto principal de la razón de ser del
Estado, y la Identidad Esencial de los Seres Humanos es motivo
incluso de protección internacional.
En
este contexto estamos saliendo a ejercer nuestros derechos; el paso
actual consiste en transparentar Nuestro Estar Cultivando una planta,
para el uso en el espacio de Libertad que la Ley -insistimos- ya nos
faculta, en la Constitución Política de la República, e incluso en
la misma Ley 20.000.
Ya
pasamos los 1.000 Ciudadanos Despiertos que dimos un paso al frente
arriesgándonos a sorprendernos y sorprender, distribuidos desde
Arica a Magallanes, principalmente en las Regiones Metropolitana,
Bío Bío, Valparaíso, Los Lagos y Antofagasta, a través de todo
el país; principalmente en jóvenes, menores de 30 años, entre los
75 dignos por arriba y los emancipados 15 por abajo.
Trabajando
para trascender el temor y la ignorancia en todos nosotros y
conseguir cristalizar una presencia evolucionada, que más consciente
y luminosa nos permita experimentar Dignidad y Felicidad.
El
llamado es a manifestarse por la defensa de la Libertad Superior, esa
que es la de Todo/as al mismo tiempo, desde lo más esencial de cada
uno hasta trascendernos.
Llamamos
a todos los que estén necesitando cultivar Cannabis, para atender
diversas realidades donde esta práctica signifique un
enriquecimiento verdadero para sus situaciones, para que sean parte
de esta campaña -que se está convirtiendo en Cruzada- y (a)firmen
que Cultivamos Cannabis.
Dr.
Milton Flores – Equipo TRIAGRAMA
Octubre
27 2014
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