Una lectura del Momento en torno a la Cannabis.



Fue un salto cuántico pasar de un año a otro de 30.000 a más de 100.000 -incluso se habla de más de 200.000- personas marchando, pacíficamente, por Santiago de Chile, en torno al “Cultivo de nuestros Derechos”, a la “Despenalización de la Cannabis”, a la “Modificación de las Políticas de Drogas”. Este aumento tan significativo de participantes es muestra evidente de que algo importante ha sucedido y está sucediendo.
Hace solo cinco meses, en la ciudad de Concepción, en el marco del 1er congreso organizado por el conglomerado de agrupaciones pro-despenalización del Cannabis “No Mas Presos Por Plantar”, los expositores invitados afirmaban que no había condiciones para grandes transformaciones o rápidos avances en las políticas de drogas, a nivel Global incluso, se presentaba la impresión de que en Chile el 2013 sería un año difícil para quienes levantan la causa de la despenalización del autocultivo de Cannabis, pues en tanto año electoral, la división que genera esta materia, impediría que fuesen abordado en el debate político y público. Hoy se reconoce en cambio, que ya se ha instalado, más que el debate, el proceso de transformación en el escenario político y público, se afirma que existen las condiciones y la madurez suficiente en nuestro país para modificar las políticas de drogas y se agrega además que urge tal Transformación.
Nosotros somos la transformación. Nosotros somos la vida de cada nación, de cada continente, del planeta, somos los seres humanos que le habitamos, somos nosotros quienes nos transformamos, evolucionamos, maduramos, quienes nos integramos, nos colaboramos, nos fortalecemos, somos nosotros quienes vamos materializando, precipitando, la transformación a nivel cultural, social y político.
Cuantos más seres humanos despiertos, concientes de nuestra condición espiritual -insoslayable-, concientes de la necesidad del cultivo y enriquecimiento en ese plano de la existencia, más potencia adquiere el proceso de transformación. Aumentan las posibilidades de integrar en la mirada comprensiva, la dimensión esencial de nuestras vidas, la necesidad humana de acceder a más plenitud y satisfacción en el plano esencial, inmaterial de nuestra existencia. Mirada que todavía no se integra suficientemente en la comprensión de los fenómenos humanos más comúnmente utilizada, pues se sigue otorgando valor y supremacía al plano material de la existencia, desconociendo además el justo lugar que le cabe a la materia...,  desde aquí, se producen lecturas y respuestas que por incompletas, son erradas.
Es lo que sucede habitualmente con la comprensión y respuestas frente a los fenómenos asociados al empleo de drogas en general, al uso de la Cannabis en específico.
El énfasis es colocado en las sustancias, en la conveniencia o no de prohibirlas, de declararles la guerra o liberarlas, sin incluir una comprensión más esencial y profunda del fenómeno, sin explicitar ni integrar de modo maduro una definición de la condición humana desde la que se desprende el análisis, sin incluir en la comprensión la funcionalidad que tiene el uso de sustancias psicoactivas para el  desarrollo del ser humano, de las necesidades que sacia, del potencial que poseen de acuerdo al modo de vincularse con ellas, con su efecto, se deja fuera al ser espiritual, que en distinto grado de evolución, se aproxima a la sustancia.
En relación a la Cannabis, habemos muchas personas, millones en el mundo, que empleamos Cannabis para fines evolutivos, independiente del grado de comprensión que el usuario tenga respecto a ello. El principal efecto psicoactivo de la Cannabis es el de expandir la percepción; el usuario puede emplear este efecto con fines de esparcimiento, para distenderse, para recrear su relación con el momento, incluso para evadirse momentáneamente de la tensión que se experimenta frente al desafío de vivir; también puede usar su efecto para modificar su relación con el dolor, para experimentar alivio de dolores y tensiones en el cuerpo, o para desarrollar la presencia, la conciencia, pidiéndose trabajar con su efecto, permanecer conciente de éste, de la expansión de la percepción que se produce, y acceder, por esta vía, a estados de conciencia expandida, alcanzando grados de plenitud e integración superiores a los habituales, en este caso se trata de explícito trabajo para el desarrollo espiritual. Por su puesto también podremos encontrarnos con personas que no han  tenido oportunidades para aquilatar su propio valer, que presentan un funcionamiento adictivo, dependiente de lo externo, que pueden llegar a establecer una relación inadecuada con esta u otras sustancias, lícitas o ilícitas, pero eso no invalida los otros usos que son, además, bastante comunes. Y es que el problema asociado a las drogas es una manifestación más de esta falta de inclusión de la dimensión esencial humana en nuestro orden social, lo mismo con tantas otras manifestaciones de desequilibrio.
Es el Desarrollo Espiritual Humano nuestra máxima aspiración como especie, así lo declaran múltiples Tratados de Derecho de rango Internacional, ratificados por la mayoría de los Estados del mundo, donde se agrega que desde este principio fundamental es que deben ordenarse nuestros modos de organizarnos en la convivencia de cada nación. Siendo así, el cultivo y uso de Cannabis como herramienta para el bienestar humano, ES un DERECHO, así de simple y categórico y por tanto debe ser respetado, asumido, considerado, resguardado por los Estados. No es posible soportar más la criminalización de personas que cultivan, para su uso, esta planta, se trata de una grave vulneración de los Derechos más esenciales.
Esta visión no ha sido incluida en los recientes documentos emanados desde la OEA sobre el problema de las Drogas en América, sin embargo, pese a mantenerse dentro de un mismo paradigma o plano de observación, en cuyos extremos está la visión prohibicionista versus la liberacionista, la que coloca la responsabilidad de su atención en le Ministerio del Interior o en el Ministerio de Salud, que trata al usuario como un Delincuente o como un Enfermo, significa de igual modo un avance, oficializa el fracaso del prohibicionismo,  deja de manifiesto el malgasto de millonarios recursos que hoy implica este modelo, de los daños producto de su aplicación, del efecto indiscutido sobre la erradicación del narcotráfico que traería la despenalización de sustancias, propone modificaciones definitivas e inmediatas frente a algunas de éstas, como la Cannabis, avanzando sin duda en dirección a una manera de relacionarse con el Usuario Conciente, de un modo que le cause menos daño que el que actualmente se sigue produciendo. Sin desmerecer el aporte que este paso desde la OEA significa, es insuficiente, algo de la dignidad humana sigue ausente, se sigue soslayando, al menos en este espacio de la discusión Política Internacional.
En el escenario judicial chileno, si se ha instalado esta otra altura en la conversación. El juicio contra el Dr. Milton Flores, ha sido desde sus inicios abordado desde la lógica del Respeto al Derecho Esencial Humano.
El 03 de Junio a las 13:00 horas, el Tribunal de la 2da Sala de la Corte Suprema, deberá entregar su resolución frente al Recurso de Nulidad interpuesto por la Defensoría Penal Pública, en favor de este Médico Psiquiatra, Director de un Equipo de Investigación en Desarrollo Esencial Humano. En este Recurso Judicial se alega que el fallo en primera instancia, dictado por el Tribunal Oral Penal de San Bernardo, por Cultivo de Cannabis, daña gravemente su Derecho a emplear y cultivar esta planta, en tanto herramienta para el Desarrollo Espiritual, en el marco además del libre ejercicio de su profesión, como responsable en salud, como investigador que busca respuestas para el bienestar humano. Se devela la vulneración de Derechos como la Libertad de Conciencia, de Pensamiento y de Culto. Sobre estas materias se estará fallando en pocos días, en la más alta Corte de aplicación de la Justicia en Chile.
Esta perspectiva esencial, así asumida y presentada en este juicio, encarna un salto en el paradigma, hacia un lugar desde dónde es posible instalarse a mirar la realidad con otra perspectiva, ampliada, esencializada; justamente aquella perspectiva que se reclama y que urge alcanzar también para resolver, o encontrar respuestas de otro orden, en educación, en salud, en integración multicultural, entre otras áreas del desarrollo humano.
En la marcha del pasado 18 de Mayo, una marcha pacífica, sin disturbios ni manifestaciones violentas (tal vez por ello tan poca cobertura en los medios de comunicación) fuimos más de cien mil, y dado el volumen y la dispersión de tanta gente nos parece que hablar de doscientos mil no sería exagerado, pues así fue, muchísimos valientes nos atrevimos a salir juntos a dar la cara, a darle fuerza viva a la manifestación de la realidad del empleo de Cannabis en Chile, afirmando no se trata ni de delincuencia, ni de adictos –pudiendo haber algunos delincuentes y adictos entre nosotros- se trata de seres humanos que nos asistimos con esta planta, para alcanzar mayores grados de bien-estar, independiente que tengamos más o menos destreza para aprovechar al máximo su potencial evolutivo.  
Nuestro protagonismo conciente y la conciencia de nuestro protagonismo está siendo el motor cuántico que ha permitido el aceleramiento e irradiación amplificada de la transformación de la que estamos participando. Es ya evidente que vamos avanzando a través de saltos que no son lineales ni planos. Permanezcamos atentos a lo que viene, es en lo profundo donde deben acontecer las transformaciones, para que sea evidente para todos, vamos avanzando, la energía sigue en movimiento, no caigamos en la tentación de leer lo que acontece desde la miopía de lo ya conocido, desde el mismo lugar de lo de siempre, pues la mirada mecánica ya no da justa cuenta de la realidad.
Observemos el momento sin desconocer nuestro papel como observadores, mientras más concientes de ello, más capaces de sostener la altura en la mirada.
Con los pies firmes en la tierra, la mirada amplificada, la columna erguida, el pecho expandido, firmes y tranquilos, constatando la unión y fuerza que ofrece la conciencia, mantengámonos sintonizados para alcanzar más potencia frente a las oportunidades transformadoras que siguen apareciendo.

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