Sobre Educación de Calidad e Identidad Esencial.




En este instante donde la intención es reformar la Educación para alcanzar Calidad en los resultados, se hace necesario afinar, precisar, ¿cual es el producto que perseguimos?, ¿a quien estamos pretendiendo formar?, y ¿quienes somos los que pretendemos tener algo que ofrecer?.

La comprensión de la condición humana que se trasluce hoy en los esfuerzos en realización, es confusa, existe un supuesto sobre lo que es necesario y conducente para los seres humanos, sobre lo que es necesario saber en la vida, que resulta incorrecto, ante la evaluación catastrófica de la gestión del ser humano como especie en el planeta. 
Se sostiene que la Sociedad está enferma y no produce seres humanos sanos. 

Una sociedad que contamina a los individuos, que les impone un estado de conciencia limitado que impide, que torna prácticamente inaccesible, alcanzar un despertar a realidades mas lúcidas en este mismo mundo y durante esta Vida, y que lamentablemente hace pagar costos a todos, como la ausencia de Paz y Armonía, como la presencia de la injusticia, la perversión y la degradación individual y colectiva, que se disfrazan de normalidad.


Resulta entonces necesario establecer si aceptamos lo anterior como diagnostico, o si reivindicamos lo ya conquistado, y nos conformamos perpetuando la mediocridad y la insatisfacción.

La Identidad Esencial no parece estar incluida en la noción de ser humano, que los procesos formativos proponen, pareciese que no existe explicitamente ninguna identidad asumida de modo efectivo.
Nuestra Constitución compromete a todos los Órganos del Estado en el respeto y garantía, para quienes decidan cultivar su Identidad Esencial para promover su realización espiritual, los conmina, antes de las tareas específicas, a promover los derechos que se desprenden de la naturaleza sutil de la existencia humana. Es más, se otorga un territorio investido de autonomía para el despliegue de estas libertades fundamentales, donde el Estado tiene límites para su soberanía.

Los programas educativos en general, no obstante la ley sobre Educación contener indicaciones explícitas para atender al Espíritu, además de las obligaciones que se desprenden desde el articulo 5° de la Constitución en el mismo sentido, no reconocen la presencia de la realidad espiritual en el cotidiano, permanecen dormidos, lisa y llanamente lo digno del ser humano y por lo tanto trascendente y esencial no se llega a considerar en la intención que forma, que guía, que debería preparar para mejor vivir.

No es posible que cuando se habla de Reforma Educacional, no se incluya la necesidad de ajustes así de fundamentales, no es posible que los responsables no comprendan que la demanda evolutiva que vienen realizando los estudiantes, se trata del reclamo por una mirada que signifique mas realidad en el contacto, que surge con la inclusión del Espíritu. Reclaman por espacios de encuentro donde la Unión se respire como potencialidad humana que brota con el despertar, y que representa la formación en un escenario trascendente a cualquier distinción, para garantizar integración dignidad y lucidez, y para reflejar atributos evolutivos de una sociedad que asumió la presencia de realidades esenciales en la existencia de todos los seres, la dimensión Espiritual, que es fisiológica y jurídica. 

La matriz educativa vigente no se encuentra habilitada para recibir, para acoger la plenitud de los niños que vienen llegando en estos tiempos a la existencia. Cuando en las experiencias realizadas en sistemas educativos en nuestro País se ha incluido el cultivo de atributos meta, impregnando el proceso formativo con cualidades sutiles, la respuesta ha sido sorprendente generando conciencia en los equipos profesionales, proponiendoles ajustes que trascienden la contingencia laboral, para instalarse esencialmente en el Como experimentan sus vidas. 

Por esta vía se ha conseguido trascender manifestaciones de desgaste laboral en los responsables (disminución en las licencias médicas) y lo mas relevante: se pudo trascender las manifestaciones presentes en algunos niños, por efecto de la imposición de una conciencia insuficientemente inclusiva, diagnosticados de trastorno de la atención. El sistema se perturba con la plenitud, que al ser rechazada desde la autoridad que ejerce poder, se canaliza disfuncionalmente, y como reacción con el afán de controlar, se usa y abusa de prescripciones de Ritalin

El cultivo de la percepción, para precisar la tarea que se realiza en el trabajo espiritual, permite estudiar de modo práctico distintos grados de conciencia, que nos van habilitando para participar de momentos mas inclusivos, para soportar mas plenitud, responsabilidad y para avanzar hacia el equilibrio y la armonía.
Hoy día se debe explicitar, como dice la ley y como lo avala la experiencia de todo aquel que trabaja su conciencia a través de las distintas formas existentes, que nuestra condición humana es con esencia, con existencia sutil transmaterial incluida.

Los Profesores, los Apoderados, los responsables en educación debemos asumir nuestra condición de tales y reconocer el impacto que tiene en nuestra comprensión, en nuestros proyectos de vida semejante recreación. La linea, el eje es la vida espiritual, que cuando realizada armoniza la relación con la dimensión material de nuestra vida.

Entendemos que asustan estos contenidos, pero es que se trata de fisiología esencial humana, de conocimiento científico actualizado, contemporáneo, aplicado a la educación, a la convivencia, se trata de la urgencia de alcanzar saltos trascendentes tambien en Salud, en la vida de toda la Cultura.

Resulta tan significativo para todos que en Educación y en otros servicios del Estado -Justicia, Vivienda, Economía, Medio Ambiente- se inicien procesos de transformación evolutiva, donde el principio se vincule a la inclusión de la realidad espiritual que en tanto así sea, habrá de recrear comprensiones sobre todo, enriqueciendo sus esfuerzos mas allá de sus especificidades, pues se refieren a ajustes epistemológicos, sobre elComo.

La identidad esencial abordada eclécticamente como eje de los programas formativos para garantizar la calidad.
Con certeza las condiciones actuales, el desequilibrio reinante debe atenderse, sin embargo, si de calidad se trata, primero los ajustes esenciales, los toques sutiles para precipitar el salto evolutivo, y habiendo recreado, comprendido desde otra jerarquía de observación el desafío, administraremos la realidad, pero una donde nosotros habremos enriquecido nuestra aproximación al Todo, el que cuando nosotros así expandidos, se nos ofrece habitualmente generoso y sorprendente.

El profesor asumido en su condición espiritual, recrea su rol, comprende mejor su obligación y la exigencia que recae sobre él.

En este instante evolutivo, todo Profesor debe ser un Maestro, debe dar testimonio con su vida de una esperanza, de un camino, y se le deben procurar las condiciones. La matriz educativa, el sistema todo, lo debe respetar en su dignidad. El maestro enseña a administrar la realidad, debe exigirse por tanto eficiencia, inteligencia, consecuencia, trabajar sobre su Conciencia; debe mantenerse atento, despierto, no puede pretender dormido ejercer poder con influencia sobre los niños, jóvenes y sus familias, no tendrá la autoridad, no tendrá nada importante que compartir.

La sabiduría y la delicadeza en el cuidado de lo que realmente es la vida, es imprescindible en un Profesor. Debería estar capacitado para poder influenciar a las familias, conducirlas hacia la armonía, a propósito de la concertación necesaria para formar a los hijos de todos.

Sin embargo hoy día, el Espíritu se desconoce y desprecia en la responsabilidad educativa, lo que hay hoy día en general no Es, es mas de lo mismo, pensar en la vida.
Cuando el Espíritu esta despierto, se siente la incertidumbre de la existencia, vamos siendo, y en este escenario brota: el Amor, la Contemplación de la existencia, el Agradecimiento, la Plenitud y la Armonía, que son susceptibles de ser experimentadas de modo paulatino según los méritos.

En síntesis, sin identidad esencial, sin una noción actualizada, evolucionada de la condición humana, no habrá calidad en Educación, por mas que se alcancen ajustes en el plano material de los procesos.

La riqueza verdadera, la calidad CALIDAD, surge cuando la conciencia del sistema se habilitó para percibir como natural la profundidad de la vida humana, que es donde nos podemos sentir dignos y unidos. 
Dr. Milton Flores Gatica - Médico Psiquiatra, Director Instituto para el Desarrollo de la Vida en Comunidad

Comentarios

  1. Saludos Dr. Flores. Me llama la atención sobre el artículo, la petición de que el docente deba ser un "maestro". Lo recalco porque también, desde otras fuentes de temática educativa, se está propugnando la condición de que es el docente el que debe aprender con humildad (alcanzando en la mejor de los casos una disposición de alumno, de "aprehendedor"), y que son los estudiantes los que adquieren el estatuto de maestros. Creo que me convence esta disposición inicial para el ambiente educativo, permitiendo así que el alumnado pueda plantear preguntas que el profesor pueda mostrar su camino, y así volverse en esos momentos un guía, un "maestro" como usted menciona, incluyendo toda su sabiduría inspirada del Ser.
    Saludos y gracias. Que las libertades esenciales sigan cultivándose en las diversas actividades humanas.

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  2. Justamente, cuando una persona está despierta es un aprendiz, y por eso puede ser un maestro... esto es lo que da garantías de un recepción íntegra y plena del alumno por parte del profesor. Gracias por compartir tu impresión.

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  3. Toda la razón se debe educar en Amor y respeto por uno mismo, así de perfecta en la creación, EDUCAR es el acto mas noble que un ser humano puede realizar. No se trata de competencias ni resultados, se trata de equilibrio.Gracias Milton.

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