trabajando juntos para despertarnos

Trabajando, tiempo invertido en despertar, en afirmar estando despiertos, en algún grado efectivo, que se sienta la masa y el espacio entre ella y yo, ese que se abre para recibir la vida en plenitud y saborearla y sentirnos en ella con propiedad. Realizando, creando un movimiento para transformar, que valla ocupando espacios, ese al cuál tengamos derecho y que al mismo tiempo nos obliga a ser responsables, a llevar efectivamente una buena noticia, un Como efectivo para afinar, más lucidez, más claridad, más comprensión. La continuidad de la practica, las oleadas de presencia que despertamos con nuestros esfuerzos requieren alcanzar más sincronicidad, más sutileza, más frecuencia, más eficiencia. Viajando, sin necesitar saber a donde llegaremos, sino pretendiendo ir desarrollando un Como que nos satisfaga. Hemos estado y estamos, desde Águila Sur, tratando de respaldar iniciativas, y de tomar otras en virtud a las distintas situaciones que se van generando en nuestro devenir, siempre reconociendo que siempre nos cabe un deber, una obligación, para ofrecernos siempre el mejor esfuerzo posible para contribuir, lo más significativamente, desde lo que nuestro desarrollo permita. Cuán despiertos nosotros estemos define la potencia de nuestra contribución, cuanto más y mejor practiquemos más despiertos estaremos. Organizar el trabajo para desarrollar la Conciencia, un atributo esencial que ha de ser despertado y cultivado para el bien común, constatar la presencia de percepciones más integradas en la Conciencia, un momento de esperanza, de alivio, sentir el cuerpo, la masa, su peso, como se desplaza a través del espacio, al interior de la masa, el yo ha salido de lo virtual, de la ilusión, entró en contacto con otra dimensión, con otro plano de conciencia, con más realidad. Lo difícil es ahora mantenernos en él, ya conscientes de lo disfuncional que resulta operar con una conducción desde lo virtual para lo real, mantenernos conectados resulta obvio, sin embargo, la inercia, la fuerza del movimiento colectivo y la propia debilidad nos lleva a claudicar, a no ser capaces de soportar, y soltamos lo real para perdernos donde no sentir. Todo esfuerzo destinado para enriquecer la respuesta en estas materias se valora, se agradece, estamos necesitando ayuda, no es hora para debilidades, cada uno de nosotros ofrézcase más oportunidades para servir a Dios, y a cada uno, puliéndolos, corriendo al esmeril que resulta ser la práctica.
Agradecer a todos los que han enriquecido desde tan lejos y tan cerca, todos al mismo tiempo, de distintas formas, nuestro trabajo, es decir, el de todos, el nuestro. Ojalá consigamos poder, juntarnos más para agradecer, ojalá tengamos más que ofrecer, cada uno debe mirar, revisarse, para reconocer si acaso no tiene más que poder hacer, por ejemplo, mejor lo que ya está haciendo, prosperar en lo posible, procurando estar siempre un poco más despierto, cada cuál y todos, participar de encuentros en esa frecuencia, de seres en presencia de lo sutil, en el grado que el mérito posibilite, pero con lo sutil, si o si, como una convicción surgida desde el que ve por si mismo, "ver para creer", decía Santo Tomás. Es necesaria ayuda para que los más vean por si mismo, para que así puedan afirmar y trascender las especulaciones y temores, y así prosperemos verdaderamente. Afirmando para alcanzar la masa crítica que permita la transformación y la cristalización en otro plano, en grado suficiente para que la organización colectiva se desarrolle lo antes posible en su jerarquía, junto a una mayor actualización de la riqueza que el Todo, que la vida, que Dios nos ha dispuesto.
Desde Águila Sur 30 de enero 2011

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