Agradeciendo a Santa María
La
idea de este texto es compartir con ustedes la oportunidad que una medicina
natural como la Santa María o Cannabis nos está ofreciendo, es realismo mágico;
mágico porque tiene de magia, de sorpresa, de inesperado, de algo que surge
desde el misterio, pues ha de ser creación, magia.
Para
absolvernos, la inercia, la aplicación mecánica de la justicia, no funciona,
sólo si logramos re-sintonizar la frecuencia del movimiento, nos puede salvar.
Apelando a la matriz común de la Constitución, que ofrece espiritualidad,
conciencia, planos lógicos complementarios, susceptibles de ser reconocidos
desde una mirada funcionalmente habilitada para ello. Esa es la invitación a
explicitar, el orden de la influencia que nos encontramos, debiendo ofrecer, en
el ejercicio de lo que son nuestras responsabilidades y obligaciones.
Una
mirada espiritualizada, comprende como es que resulta posible para ciudadanos
responsables, perfectibles todos sin duda, emplear plantas de poder para
curarse de la ignorancia en el marco de lo que son sus deberes y derechos como
ser en materia, tal como explicita la propia Constitución.
No
menos que eso, la Cannabis está libre cuando cada uno, y ojalá los más,
decidamos operar en libertad, una madura, esa que se siente más justa cuando
usamos prácticas espirituales asistidas o no por Enteógenos, o cuando estamos
participando en el actual proceso en desarrollo en Chile, y en cuando cada uno
se encuentra con la Cannabis aunque sea un poquito más despierto que lo
habitual, y adquiere más conciencia. De esa conciencia espiritualizada
precisamente, es de la que necesitamos, y así otro paradigma que le de espacio
al ser humano libre.
Dos
físicos que han incluido el uso de Enteógenos para facilitar el salto en la
cualidad de observación, la habitual sintonizada con la física clásica, con
cobertura para la materia, o la otra con la ciencia moderna, donde la materia
se ve trascendida por la inclusión de otros planos de realidad en la cobertura.
Tenemos el derecho a aplicar la sabiduría y a disfrutar de sus beneficios, los
que brotan desde la ciencia y desde cualquier otro lado.
Esta
otra observación, adquiere la competencia para sentir el espíritu, para
despertar a otros planos más esenciales de realidad, donde la materia es hecha
consciente y también la actividad de la energía en espacios trans-materiales,
vacíos de materia, pero con energía en actividad. Además la conciencia de sí,
del yo, del alma, de lo sutil en algún grado suficiente como para recrearnos y
recrear.
La
oportunidad entonces, cuando la planta maestra, Santa María o Cannabis, nos da
un empujoncito hacia la luz, hacia el ajuste epistemológico, de cada cual y del
colectivo completo, a través de su potencialidad para generar conciencia y
religarnos al todo en un grado superior, el preciso para cada cual.
Dr. Milton Flores
Este texto fue publicado por El Ciudadano
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