¿Que estamos comprendiendo por los Derechos del Ser Humano?



DERECHOS HUMANOS
¿Que estamos comprendiendo por los Derechos del Ser Humano?
¿Cuál Ser Humano es para el que reclamamos Derechos?
¿En función de que condición Humana reconocemos Derechos?

A nuestro entender, como especialistas responsables del bien-estar y de la salud de Humana, resulta fundamental profundizar y precisar. Para ir directamente al punto...
Consideramos que en la actualidad el trabajo impulsado en Derechos Humanos en Chile, con todo el reconocimiento por lo realizado, por lo progresado, necesita empaparse de claridad y evolución, que permita reconocer e incluir explícitamente la presencia de una dimensión Espiritual, objetiva, de la existencia Humana y de la Vida toda, que ofrezca un contexto mas integrado e impregnado de otro modelo, que por la cualidad de la realidad con la que se comience a trabajar, efectivamente recoja, con delicadeza, intimidad y plenitud, la Vida Humana en toda su esencialidad.

Es en lo Espiritual donde reside -según los Tratados Internacionales adscritos por Chile vigentes e incorporados a nuestra matriz jurídica a través del Artículo 5° de la Constitución- la Dignidad Humana, nuestra Identidad Esencial, lo que se corresponde con la información científica sobre la existencia de una realidad sutil, trans-material -es decir energía vibrando finamente, sin requerir manifestarse como materia- lo que todo Ser Humano en su propia experiencia constata como esa intimidad que se siente, pero no se toca ni se ve.
Esta noción de un otro plano de realidad es la Espiritualidad. Ya incluida en la comprensión surgen más precisiones, sin embargo, para este momento y la altura de la entrega que ahora ofrecemos, es suficiente.

Los Derechos Humanos Esenciales se relacionan, antes que nada, con el Derecho que tengo a ser reconocido en mi naturaleza.
América entera se obliga, en sus tratados, a respetar a la Persona Humana como un Ser Espiritual y Material, y la Constitución Chilena también así lo hace en su primer artículo, además se obliga a facilitar condiciones para la mayor realización posible de la dimensión espiritual.

¿Será posible considerarse respetados cuando se soslaya semejante principio?

No solamente se comprometen Derechos Humanos cuando se afecta la dimensión material de la persona Humana.
Por supuesto que en Chile no hay respeto, espacio, ni libertad para comportarse como un Ser Humano con Espíritu incluido, de modo efectivo y coherente, natural y jurídico.

El Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales en su informe anual sobre DDHH Chile 2013, no incluye esta visión esencializada de los DDHH, y ante la solicitud formales que en su oportunidad le formulamos, respondieron sin interés y cierto grado de discriminación.
E Instituto Nacional de Derechos Humanos por su parte, en su agenda oficial tampoco la incorpora, entendemos que en su informe anual tampoco.

Algunos Derechos en el artículo 19 de la Constitución aluden, insinúan atención hacia esta dimensión cuando se habla de Integridad Psíquica, pero el significado que se le da a estas palabras es más bien confuso.
¿Podrá existir integridad psíquica en ausencia de la Identidad Esencial en la Conciencia?.

...Y cuando se habla de libertad de conciencia o de creencia, tiende a considerarse como la libertad para “pertenecer” a una religión.

Los Derechos para un Ser Espiritual en Materia, parten con el Derecho a incluir en la dinámica del proyecto vital, el cultivo de lo Espiritual: que nuestra vida cotidiana implique la oportunidad de tener como eje una recreación de la identidad esencial -trascendente al género, que si bien distingue y se manifiesta en el plano material, no existe en el plano espiritual- y la oportunidad de procurar la habilitación para que en la Conciencia individual se integre esa realidad sutil y trascendente, la Espiritualidad, a través de todos los caminos disponibles que se dirijan hacia la religazón con el Todo, de manera ecléctica.

Los esfuerzos en Derechos Humanos deben impregnarse de una comprensión esencial y jurídica de Ser Humano.
El trabajo que se está desarrollando no puede soslayar este plano de entendimiento.
Cautelar los Derechos, desconociendo en la práctica la condición esencial del Ser Humano, es partir violentando la naturaleza fundamental de la existencia -fisiológica y también jurídica, natural y cultural- de la vida Humana, perpetuando un modelo, un estado evolutivo de la comprensión, que niega la existencia de lo que ha sido reconocido universalmente como fundamental para nutrir la Esperanza.


Puede ser muy duro formularlo en estos términos, pero es tan solo con el afán de realizar un aporte para enriquecer los esfuerzos, no proyectamos responsabilidades ni culpas, más bien pretendemos ponernos al día con un pendiente nuestro -ciudadanos y profesionales- que como expertos en salud psíquica, no hemos sabido ejercer la responsabilidad profesional que se nos exige, con eficiencia, hasta hoy.
Para un psiquiatra, por ejemplo, no partir de este principio de realidad para atender a un paciente, a estas alturas, resulta inexcusable desde nuestra perspectiva, ya no se trata de si estoy o no de acuerdo con la presencia de la dimensión Espiritual, se trata de cumplir con la Ley, el compromiso del Estado es atender a una Ser Humano con Espíritu, ese compromiso ya se tomó, en Chile, en América y en el mundo entero.

En nuestro país se esta formalizando y oficializando la demanda por este orden sutil y trascendente de libertades, con gran acogida en la Defensoría Penal Pública Nacional, en la Vicepresidencia del Senado, en el Colegio Médico de Chile, también en el Instituto Nacional de Derechos Humanos, y en la opinión Publica nacional, y se inició la difusión de la trascendencia que tiene para Todos, en Todo, la vulneración de este plano esencial de los Derechos Humanos.


Decir que la lógica que se usa para conducir el Poder en la actualidad, al no integrar este plano de realidad en su comprensión, compromete significativamente la posibilidad cierta de prosperar, de alcanzar Desarrollos en Salud, Educación, Justicia y en todo el acontecer nacional, para Todos los ciudadanos de nuestro país.
La Salud, la Educación, Justicia, el Trabajo, cuando se planifica y organiza para un Ser Espiritual son diferentes, se recrea el proyecto vital de cada Uno y de Todos.

El resultado de no instruir, de no cultivar, de manera natural y sin sobre carga, la vida Espiritual en la formación Educativa es definitivamente, entre muchas consecuencias lamentables, un despilfarro, se deja fuera un capital ya dado en la vida, disponible para todos, suficiente como para re-definir lo que es la riqueza, la de la existencia, y reconocer la necesidad que todos tenemos de redistribuir la riqueza material por ejemplo, por razones fisiológicas, por la mayor lucidez que se incorpora.

Las Personas que por confusas, desorientadas, o por haber recibido una formación perversa, añoran o acumulan riquezas materiales más allá de lo que sus vidas realmente necesitan, están siendo comprometidas profundamente en sus Derechos Espirituales.
El Estado está obligado a promover la realización Espiritual objetiva y, con certeza, promover la idolatría de la materia afecta las oportunidades para esta realización.
Por el contrario, cuando se habilita la percepción para incluir la dimensión Espiritual en la Conciencia como lo natural que Es, brota la oportunidad para otra Educación, otra Salud, otra comprensión de lo que significa Ser y Estar en la Vida, brota una noción madura de lo que es nuestra condición verdadera y la riqueza enorme de nuestras oportunidades, más allá de los límites de la cultura y la sociedad, con autonomía y libertades naturales... Entonces, queda claro, solo resta iniciar este ejercicio.

En síntesis -y existiendo por cierto muchas otras consideraciones que debería estar presentes en este escrito- nos interesa poner el énfasis en manifestar nuestro anhelo para que el trabajo en Derechos Humanos evolucione, y alcance mayores grados de consecuencia y de operatividad, para lo que ya está incorporado a la letra y en el Espíritu de la Ley, y que esto se de en un contexto donde los organismos éticamente responsables de estos asuntos, junto a todos los otros responsables, lideren con altura, coraje y sin temor al amedrentamiento -que ha de ejercer de modo inevitable la inercia de lo establecido- la impregnación de una noción integral de Ser Humano, con esencia Espiritual incluida, para reivindicar Derechos ya consagrados, y así promover el ajuste evolutivo que el trabajo por los Derechos Humanos y la convivencia de nuestro país necesita, para disfrutar efectivamente de niveles superiores de Libertad, Dignidad y Salud.


Dr. Milton Flores Gatica.
Médico Psiquiatra, Director de TRIAGRAMA,
Instituto para el Desarrollo de la Vida en Comunidad,
A través de la Espiritualidad

8 de Diciembre de 2013

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