INTELIGENCIA Y SEGURIDAD PÚBLICA La cannabis, herramienta para prosperar y evolucionar en seguridad pública
En Chile, temas sin
solución son los altos índices de delincuencia, asociados significativamente al
narcotráfico, pero que sin embargo lo trasciende, pues en otro plano -cuando se
realiza un análisis criminológico- tanto la delincuencia en general, como el
narcotráfico en particular, son manifestaciones de desajustes más estructurales
y esenciales de nuestro actual modo de convivencia; en lo más concreto, desde
todos los puntos, se coincide en la presencia de un desborde, que también
trasciende la distinción, entre lo legal e ilegal.
Mucha delincuencia
para el ciudadano vivo, brota también, desde lo avalado como legal por el
sistema, abuso, lucro, y todo esto, determina una sensación de inseguridad, de
vulnerabilidad, de que resulta necesario vivir en un estado de alerta, de
defensa permanente, para anticiparnos al riesgo de ser violentados material y
espiritualmente.
Existe consenso en que
los grandes esfuerzos realizados, son insuficientes, las grandes promesas,
sucumben y se desvanecen frente a la realidad. Es que no es un tema fácil, pues,
como en otros temas, la impresión es que la comprensión que se utiliza para
ponderar el fenómeno, fuese parte del problema. Cómo no, por ejemplo no incluir
el hecho de que el modelo imperante, la cultural imperante, promueve la
búsqueda de brillos superficiales que se ofrecen como nutrientes para
experimentar felicidad, que, en tanto ilusorios, perpetúan la ansiedad, porque
en realidad no sacian, pero que en apariencia instalan al exitoso, de esa lógica, en posiciones de poder, que son anheladas
con urgencia, especialmente por los más miserables, y para lo cual deben
disputarse el poder, ese neurótico.
El tema es complejo, profundo, en este mar turbulento,
una medida concreta, con la probabilidad cierta de ser efectiva, por los
antecedentes internacionales, y por los estudios y experiencias nacionales,
consistiría en liberar el autocultivo de la Cannabis, razones sobran.
Lo que se necesita son medidas concretas, maduras,
efectivas y la despenalización de la Cannabis, ofrece antecedentes suficientes
para considerar su aplicación como una medida para proteger la seguridad
pública, liberarla, trascender el prejuicio y obrar con pragmatismo y firmeza,
con seriedad y sin debilidad. La experiencia muestra la necesidad de proponer
medidas realizables, accesibles, eficientes. En Portugal después de 10 años,
los antecedentes son, al parecer, categóricos.
La impresión de
miembros de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), durante el gobierno de
Michelle Bachelet, en relación a estas materias reflejaba preocupación.
En el año 2008, Triagrama
solicitó a la ANI su consideración para evaluar el empleo de Enteógenos, en el
marco de un proceso científico de investigación-acción, para desarrollar
respuestas más eficientes en salud pública, que incluía el tema: adicciones. En
esa ocasión se nos entregó la señal, primero, de no encontrarnos infringiendo
ningún límite que pudiese comprometer la seguridad o algún otro bien público, y,
que en tanto científicos, nos sintiéramos protegidos. A su vez, se nos informó
que existía inquietud en este organismo de inteligencia, por la ausencia de
coherencia en la mirada empleada, por el entonces CONACE, para atender el problema
de las drogas en chile; sin norte claro, no daba confianza la gestión, sin
embargo, la falta de otras alternativas y otros factores, perpetuaban esta
preocupante situación, que generaba daño, costos, y confusión.
En esa oportunidad la decisión de “entregarnos” y
consultar a un organismo encargado de la Inteligencia en el país, se realizó
precisamente cautelando la protección para el conocimiento científico alcanzado
y en aplicación por nuestro equipo, objeto no se contaminase de modo impropio.
Este mismo profesional, académico sobre materias de
seguridad, en reunión sostenida con él, en abril de 2013, para informarle de la
evolución del proceso en realización, en conjunto con muchos ciudadanos y
organizaciones para cristalizar otro paradigma, a través de un ajuste en la
relación colectiva con la planta de poder llamada Cannabis, coincidió en que,
efectivamente, la despenalización del autocultivo de la Cannabis pudiese
convertirse en una formidable maniobra para controlar el narcotráfico y la
delincuencia en chile, mejorando así los niveles de seguridad pública.
Facilitándose además, el trabajo para instituciones públicas encargadas de
estas materias, como las fiscalías, defensorías, policías, tribunales,
gendarmería, entre otros. Esta lectura -coincidió el profesional- pudiese ser
útil para candidaturas presidenciales más reticentes para abordar este tema en
sus campañas, el de ordenar la relación con esta medicina natural. Ciertamente
el candidato que se atreva a proponer la evolución en la mirada para con la Cannabis
y que esgrima su despenalización para mejorar la seguridad pública, y contando
con un nosotros amplio, disponible
para ofrecer los fundamentos, captará la atención de un electorado que,
empoderado, espera transformaciones efectivas, aplicables, profundas, valientes
e innovadores, con sentido de realidad.
Esta mirada desde la seguridad pública, es compartida
sabemos, por la inteligencia de policías, por fiscales, defensores y jueces,
pero el prejuicio y la inercia no han podido ser trascendidos. Cuando existen
medidas -aunque osadas- con riesgos de ser efectivas, en presencia de un
categórico diagnóstico sobre los malos resultados en seguridad pública, la Inteligencia,
no puede darse el lujo de depender de los prejuicios, a menos que se trate de
una inteligencia que claudica. Sabemos que la autoridad de estos organismos, es
política y casi siempre arrastra al conocimiento técnico, profesional y lo
supedita al cálculo estratégico para mantener el control del poder en las
actuales circunstancias, perpetuando la mediocridad. Sin embargo, las
condiciones evolutivas presentes, hoy en Chile 2013, dan para que la intrepidez
de algunos, facilite la trascendencia de lo de siempre y alcancemos la otra
orilla, donde habita un nuevo paradigma; y dan para que los ciudadanos dotados
de una Inteligencia operativa desplegada en la acción, lleguemos a merecernos
unos gobernantes de la jerarquía que Chile necesita, para recrear la categoría
de nuestra convivencia, y evolucionar.
La Cannabis ya se ha utilizado como herramienta para
controlar el narcotráfico y la delincuencia, para controlar la violencia
social. En los planos individuales clínicos, el empleo de esta planta se usa
para producir alivio, calma, armonía y creatividad. En los pacientes
psiquiátricos crónicos, el uso de la Cannabis como ansiolítico es una realidad.
En las poblaciones, en lo barrios de los distintos espacio de Chile, la Cannabis
sacia y protege el contacto de jóvenes con sustancias verdaderamente tóxicas,
legales e ilegales: alcohol, tabaco, pasta base, solventes. En lo concreto,
cada vez desde distintos puntos del interés nacional, brota la Cannabis como
una respuesta para depurar nuestra convivencia, mejor usar cannabis para
promover el orden público -y así prevenir- que no tener con qué curar el desastre,
la ruptura, el quiebre de la dignidad, que en la actualidad nos inunda y
humilla.
En el camino, pronto se sumarán otras fuerzas,
trascendentes al empleo de la Cannabis, espirituales todas, que se encuentran
esperando que el camino se despeje. Son muchos los chilenos que sintonizan con
lo espiritual, que se encuentran desarrollando prácticas para cultivar lo
esencial, eclécticamente, es decir, participando o no de organizaciones, pero
manteniendo la trascendencia para sostener la unión, más allá del particular, y
que comprenden que en presencia de más Conciencia de la vida, la sensación de
paz que se experimenta, entrega certeza, tranquilidad, seguridad, es que brota
de sí, donde yo soy protagonista. Finalmente una seguridad pública, madura, real,
digna, de otra jerarquía de integración, más evolucionada.
Dr. Milton Flores
Investigador en Desarrollo
Esencial Humano.
Director Instituto
TRIAGRAMA
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