Ser Padres y Apoderados

La posibilidad de tomarse en serio el papel que significa ser padres ahora, y pretender compartir con otros en un espacio que se decide ocupar para desarrollar en conjunto con los otros padres, y contando con la asistencia de profesores, profesionales habilitados para entrenar a nuestros niños de la mejor manera posible, para ofrecerles lo mejor de lo que ya sabemos, y lo que también vayamos encontrando en el camino, que se revele como significativo para prosperar en la satisfacción en esta tarea.

El estado ofrece una matriz para estructurar un sistema orientado al sostén de este proceso. Se reconoce que para el bien común todos, el grado de armonía susceptible de generar y conquistar entre todos es bueno para todos.

Este proceso reconoce actualmente su insatisfacción no está todo dicho, hay desequilibrios esenciales, al parecer, que al llegar a un mínimo estamos aun por debajo, se echan de menos desarrollos cualitativos.

La participación organizada de padres y apoderados para aprender a ocupar con mas propiedad el lugar que al parecer a nosotros nos toca, por que nosotros somos, los padres, los que tienen que estar satisfechos con el esfuerzo, especialmente cuando se asume que el producto de estos esfuerzos no satisfacen, es decir, las habilidades que estamos entregando a nuestros jóvenes y niños para que se encuentren con la vida son insuficientes, ningún éxito declarado convence lo suficiente como para seguirlo a pie juntos, y nosotros somos los responsables, los padres, los profesores y los otros participantes del proceso son nuestros colaboradores. ¿Que estamos diciendo nosotros, entonces? ¿Qué necesitamos? ¿Que mas necesitamos?

En lo esencial del esfuerzo, además de la presencia de nosotros, los padres, aparece otra necesidad. La apertura lograda desde el actual nivel de conciencia para encontrarnos con la realidad, requiere desarrollo. La naturaleza de la información que brota así, no posee suficiente de lo esencial como para alcanzar a tener influencia superior en cada momento en nuestra vida.

Contribuir al proceso nosotros los apoderados, juntándonos para trabajar en el desarrollo de los atributos propuestos a los niños y jóvenes, en nosotros, ojala también los profesores se interesasen por trabajar. El rol del profesor se transforma. El responsable esta obligado a reconocer que la entrega de contenidos acerca de, en una categoría, es susceptible de delegar a la Internet, ahí esta la información, enseñar a encontrarla. El maestro, sin embargo, cultiva dimensiones más esenciales que el intelecto, entonces surge dignidad en el oficio. Enseñar a estar despierto es tarea del maestro, sea además padre o profesor, que el discípulo no se duerma, si se duerme todo lo que sabe, no se administrara con lucidez, si esta despierto, puede transformar, con lo mismo ser capaz de algo mejor.

Entonces, significa que nosotros los apoderados no podemos recibir menos que eso, que los profesores sean maestros, que se esfuercen por serlo, que el cómo empleado por ellos, para hacer lo que les es propio, también se asuma parte del ámbito de su influencia sobre nuestros hijos.

Mis hijos hoy día son capaces, al igual que nosotros de agradecer el cuidado que en la Escuela de Águila Sur ellos han recibido, un contacto fresco con espacios, sin embargo, es posible reconocer que nosotros podríamos participar, colaborar, para mejorar, para neutralizar las insuficiencias producto de nuestra ausencia. A los responsables, a los padres, nos toca avanzar, aparecer, hemos delegado más de lo debido, no hemos participado de acuerdo a la responsabilidad que nos cabe, son nuestros hijos.

El proceso de recepción de nuestra aparición en Águila Sur, no esta siendo fácil, obliga a todos, inevitablemente, incluyéndonos, a transformarnos, a pasar a otra cosa, a crear. Si alguno de los participantes se atemoriza, desconfía, se margina o margina, la cosa se pone difícil.

Esta pasando, que la iniciativa brotada en Águila Sur, para dar un paso adelante en la participación de padres y apoderados, en la dinámica escolar, se esta encontrando concretamente con una actitud, desde los protagonistas mas clásicos del proceso, que sabe a descalificación, a desconocimiento de quien sirve a quien, que refleja falta de comprensión esencial del acto de servir.

Desde el espacio trascendente, en el Ministerio de Educación, responsables de promover los procesos de participación de padres y apoderados en el esfuerzo colectivo para educar ante la recepción de la perspectiva que hemos ofrecido para nuestra iniciativa, hemos recibido estímulos, para ojala sostener la motivación y la intención que ha surgido de los apoderados, no obstante las lamentables resistencias. Sin embargo, al parecer, como estaríamos tratando de precisar a propósito de esta redefinición de la relación, el territorio en la practica, que esta iniciativa defina, es necesario que concurra una auditoria o algo así, para estudiar la crisis y determinar una lectura oficial, para precisar limites de responsabilidades, para el beneficio común entre los protagonistas.

La distinción entre salud y educación, cuando se observa un plano más esencial, se trasciende, es las dos cosas, de todas maneras, el espacio para intervenir desde la salud en el proceso educativo esta dado en la ley. Están esperando en educación la energía de los apoderados, se los llama, y se pide a los sostenedores que promuevan estos encuentros, sin embargo, solo el dos por ciento de los consejos escolare son resolutivos. Estaría complicado para los sostenedores, hacer el esfuerzo por integrar a los apoderados, difícil para ellos conducir tanta dispersión, mejor los conciben pasivos y deciden sin ellos, por no saber como administrar mas plenitud, sin reconocer las consecuencias de tal imperativo, le ponen techo, se autolimitan, sin expansión, se avanza en mas de lo mismo, quizás mejor de o mismo, pero sin apertura, sin alcanzar transformaciones en la calidad de la educación al desconectarse de dimensiones esenciales, avances de esta categoría, son de mucho costo y perpetúan la insatisfacción.

Sábado 12 de junio 2010

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