Adicción

La adicción es un patrón de comportamiento disfuncional, caracterizado esencialmente por atribuir valor a objetos fuera de la autonomía de un sujeto o sistema y que suscita una dependencia operativa en el funcionamiento que atenta contra la realización plena del potencial del mismo sujeto o sistema.

Este patrón se instala ante la falta de aquilatamiento de la riqueza propia del sistema, quién, al intuir la presencia de la misma –la riqueza- e ignorando la posibilidad de contar él –el sistema- con ella –la riqueza-, proyecta los esfuerzos hacia el uso de la misma -riqueza- presente más allá de sus límites.

La “adicción a drogas”, es otra manifestación de este patrón, presente en la dinámica legitimada y empleada por nuestra cultura que clasifica, en la categoría de bueno o malo, según el objeto al que la adicción se declara.

En lo específico, este objeto de adicción, las drogas, ofrece otros elementos para comprender el fenómeno.

En la actualidad, es factor esencial el gran salto de la integración efectiva operando en la dinámica social, amplitud y profundidad, que desarrollados, obligan a realizar una recreación de la función nuestra en esta experiencia de estar participando de “La Creación”.

El patrón adictivo que impera en la dinámica esencial de la existencia humana -en el planeta-, necesita transformarse ahora ya, si pretendemos ofrecer algo cierto para liberar de la adicción. Podemos cambiar el objeto de adicción de uno absurdo inconducente a uno menos absurdo pero igual de inconducente, del neoprén a un antidepresivo, o al dinero, o al poder.

Mientras no se inicie un movimiento suficientemente potente, como para impulsar una irradiación de conciencia, de luz, a través de un estar practicando, trabajando con herramientas para estar despiertos, que habiliten para afinar el orden de nuestro contacto, vamos a seguir estando en la “oscuridad”.

Mientras vamos hacia Dios, paciencia y agradecimiento, por ofrecernos este privilegio.

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