En que nos encontramos

En el espacio jurídico, reivindicando el derecho a usar enteógenos,
Santa María, Daime, medicinas naturales empleadas por siempre para cultivar nuestra conciencia,
afirmando que es el sujeto, a quien debe exigírsele el empleo conducente de SU responsabilidad, en la relación con el objeto, la Santa María (cannabis) en este caso,
y no desentenderse asignándole valor a una potencialidad de la planta,
impregnando con connotaciones apocalípticas, basadas en la ignorancia, que conducen a la confusión,
a la desorientación y al caos que se nos propone como orden superior,
cuando se impone un lógica como la de la ley 20.000.

En el espacio jurídico, reivindicando nuestra condición de hombres libres,
capaces de ver por sí mismos,
que en el mayor grado posible del respeto,
optan por integrar esencialidad presente y declarada en todas las sabidurías, en su proyecto vital,
por haber constatado a través de su propia experiencia,
una naturaleza de otro orden de oportunidades como algo cierto,
y que ya no necesita de explicaciones ni de que alguien nos convenza.

Siento la certeza y constato la presencia
de otro plano de conciencia
desde donde se abre otra posibilidad,
otra categoría de oportunidades,
recibo inspiración,
incluí lo espiritual en mi conciencia.

Y en -o mejor- a través del Senado,
habiendo sido suficientemente legitimados,
iniciar otra etapa del proceso, para irradiar, para  difundir un cómo,
que pretende lograr la masa crítica de una influencia, para la transformación.

Ya no es posible que, con toda la constatación existente en la conciencia de muchos, de los suficientes,
no nos hayamos reunido ya como para compartir y alcanzar la fuerza para irradiar la buena noticia.
En este momento se encuentra abierto un portal para inyectar el producto de un milagro en la conciencia de nuestras existencias, y recrear, todo lo que sea posible en virtud de nuestros méritos,
y no dejar de intentarlo.
Las condiciones son favorables,
la oportunidad ya se vive.
La sola idea hace sentir alegría, esperanza, felicidad,
y la realización del grado que brota es aún más gozosa.

Si se puede.

Desde Águila Sur.
10 de Julio de 2012

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