El espacio jurídico de consenso, se abre para recibir e integrar un primor de otra mirada

Más allá del análisis jurídico que se pueda realizar, respecto a el veredicto emitido por un Tribunal Chileno en el caso Ayahuasca[1], nos interesa compartir con ustedes el significado que para nosotros tiene este hecho: El espacio jurídico de consenso, se abre para recibir e integrar un primor de una otra mirada.

El veredicto asume la existencia, y legitima la realización, de acciones que promueven equilibrios más sutiles. Asume el beneficio de trabajar en el plano espiritual, ya sea nombrado como sanación, curación, terapia; el hecho es que se legitima incluir en la mirada de lo saludable ese espacio, esa posibilidad.

Se integra una mirada, una
otra forma de mirar el bienestar humano, que queda cristalizada en el espacio jurídico a través de la sentencia.

Se colocó una bandera sobre el esquema que rige la convivencia hoy día.

Salió a la luz la aplicación práctica de conclusiones generadas desde los estudios de la física moderna y las neurociencias, que anuncian la posibilidad de Ser Humano para operar con un grado de consecuencia mayor, al incluirse a sí mismo como parte de lo observado.

Significa además una apertura a la posibilidad de integración con la sabiduría ancestral. El espacio jurídico se dejó penetrar por algo de esa cosmovisión. Esto nos abre una nueva posibilidad de integración con los Pueblos Originarios, por ejemplo, integración aún no lograda y que es necesaria, para pasar a un orden que deje a todos más satisfechos, resolviendo un conflicto aún vigente y mal entendido.


Esto ha sucedido, esto está sucediendo, la apertura para la transformación del modelo, es lo que está en juego.

Aunque no todos lo vean así, es sabido que los hechos ocurren primero y las comprensiones llegan después, se alcanzan, más maduras, en un momento posterior.


Lo que toca es que cada uno revise su lugar, afirme su práctica para el Despertar, su forma de Meditar, ajustar cada cual su consecuencia en lo cotidiano, pidiéndose estar más Presentes continuamente, ejerciendo una influencia firme, pacífica, pero firme.

Hay una espiritualidad que comienza a impregnar la convivencia nacional. Es el momento para que nos sintonicemos todos, para poder nosotros determinar por dónde seguir, pero desde la consecuencia, respetando pero no complaciendo.

Esta legitimidad ganada, esta apertura del sistema judicial, trascendiendo el uso de la Ayahuasca, nos fortalece en el derecho y obligación de operar con niveles de conciencia más expandida, y ordenarnos distinto.

Se hace necesario legitimar el riesgo, como una oportunidad para madurar, crecer, evolucionar. Y también es necesario confirmar la necesidad de una habilitación, para que ese riego sea un aporte. Pero no por que existan riesgos nos vamos a privar de la oportunidad de prosperar.

Cuando las autoridades de salud o de justicia hacen referencia al peligro potencial de la Ayahuasca, parecen hacerlo desde el temor que genera aproximarse a la incertidumbre de pasar, por y hacia, algo distinto. Normalmente la apertura produce incertidumbre, angustia, y en desconocimiento del contexto, del rito, esto se connota como daño o patología, no como oportunidad. Bien conducida esta experiencia nos permite pasar a través de ella y alcanzar un nivel de integración superior. Desde la ignorancia de esta oportunidad, se opta por restringir, por limitar, se le quita legitimidad al derecho a asumir un riesgo, frente a una oportunidad que es superior. Pero el riego no es razón suficiente para prohibir. Hay que habilitar a las personas para acceder a más vida, para administrar más vida. Coincidimos en que una apertura inconducente, aquella que no se conduce responsablemente, deja espacio para que se instale cualquier orden, oscuridad, por eso es necesario el contexto y la habilitación, porque la oportunidad es cierta también, una respuesta para mucho de lo que hoy nos tiene zozobrando.

En la actualidad la vida está más intensamente manifestada, y nos exige estar mejor habilitados para recibirla. Mucha de la angustia existencial se agudiza al no existir un ofrecimiento que habilite. La respuesta clásica intenta evitar que se sienta lo que se está sintiendo, sin resultados favorables. Urge recurrir a toda la sabiduría disponible.

El empleo de enteógenos puede ser una tremenda ayuda cuando, como en todo, el modo, el contexto, es el adecuado. Existen también otras herramientas, las que requieren de otra disciplina, poco frecuente hoy día.

El adecuado uso de enteógenos, puede ser una medida que puede promover un grado de equilibrio integrado, por ser el reflejo de una conducción superior.

Hoy, esta oportunidad ha sido legitimada, ese es el significado que para nosotros tiene el veredicto señalado.

Comentarios