Prosperando en la comprensión del desafío.


Generar como propuesta para salvar el actual estado de nuestra existencia, un salto del contacto con la realidad, es difícil poder acompañar tranquilos en el contexto de los ritmos tradicionales. El sufrimiento, el deber de soportar parece insoslayable, resulta doloroso cuando iniciamos la implementación de relaciones en la dinámica interna, y también hacia fuera, impregnadas de un esfuerzo por tratar de permanecer más despiertos y trascender la jerarquía del encuentro habitual.
Mucho del desequilibrio reflejado en los diversos ámbitos y  espacios de la convivencia, tiene su origen en que la capacidad para captar esencialmente de lo que ocurre en todo instante, es pobre, limitada, insuficiente para reconocer con propiedad la información que permita orientar, que entregue luz para caminar.
Para el que tiene ojos, la enfermedad individual, familiar y social, manifiesta la ignorancia a la base, que determina el uso de lecturas parciales para comprender, para integrar los elementos en cuestión, y ofrecer respuestas que alivien de modo fundamental a cada sistema y al sistema, que para nosotros es uno solo en último término, siempre.
Estamos por tanto pretendiendo cultivar, en los ya disponibles, las destrezas para poder manteneros despiertos, y viajar juntos en un  proceso para despejarnos de todo lo posible que nos someta a permanecer dormidos,  relaciones planteadas como normales y que insidiosamente marcan una cierta frecuencia para vibrar que bloquea el trascender de nuestras percepciones. Un rayado de cancha que al aceptarlo la dignidad deja de existir como oportunidad, pues en ese juego, a ese rayado de cancha en definitiva, el máximo brillo es material.
En esas condiciones, que prometen un  equilibrio, un pasar seguro, una neutralización de la incertidumbre para calmar de modo siempre inestable la angustia de la existencia, proyectos que nunca ofrecer tranquilidad ni paz, pues la construcción así pretendida siempre esta amenazada por lo inestable, por lo irreal que siempre cuenta con que cada uno la sostenga, pues parte de una mentira, de un  principio donde cada uno es el creador, cuando ya la creación está, y aparece ante nosotros a consecuencias del merito desplegado para afinar la cualidad del contacto, para ofrecernos un rigor en la observación, una consecuencia.
Ese merito nos interesa desarrollar potencia para generar lucidez, actividad emanada desde el trabajo serio y responsable, para pulir nuestra percepción, expandir nuestra conciencia.
La libertad genuina se obtiene cuando nos libramos de la cárcel que constituye conducir nuestras vidas desde lo virtual de la posibilidad. Salimos del ego, entramos en contacto con una dosis de un grado de integración superior de realidad y constatamos que lo habitual, que la percepción cotidiana empleada en la dinámica normal, entrega ilusión como insumo a la conciencia, pervirtiendo así toda nuestra comprensión y quehacer.
Difícil así, que un hombre o mujer, que un ser sutil habitando en un cuerpo, pare de sufrir, su comprensión de sí, de su entorno, de su rol, de sus oportunidades se ve limitado y no logra generar proyectos, movimientos como para alcanzar a dar mejor cuenta de su existencia, sin embargo si ese mismo ser humano recrea su contacto con la realidad e incluye dimensiones mas sutiles de la existencia en su conciencia, producto de un entrenamiento que lo habilita, recupera para sí y para todo la oportunidad de alcanzar efectivamente la gracia en su movimiento.
Las condiciones han de ser trabajadas, la resistencia a evolucionar es inmensa, pero la necesidad de hacerlo es más poderosa. Somos cada vez mas los que nos unimos para administrar la realidad de modo tal como para irnos haciendo cargo de la tarea y generar las condiciones que faciliten el brotar de una vertiente de luz que ilumine nuestras vidas y paulatinamente la vida de todos.
Agradecemos todas las manifestaciones de comprensión para con nuestro esfuerzo, reflejados en la colaboración que existe ante las tareas particulares que nos toca emprender. Ofrecemos las más sinceras disculpas para todos aquellos a quienes nos hemos apresurado en tocar sus puertas solicitando su participación en este proceso.
Con  todo, sin dejar de explicitar la necesidad de asistencia para sostener la iniciativa, necesidad urgente, dramática por momentos, pues con nuestra entrega no nos alcanza para atender siempre con oportunidad y eficiencia los desafíos que surgen para contribuir por esta vía. Con todo, igual parece un milagro poder estar en lo que se está, con lo que se está, nuestra destreza  va en desarrollo, de a poco los seres humanos que somos núcleos de la iniciativa hemos ido adquiriendo fluidez para abrir coordinación, sincronizaciones, disposiciones en el esfuerzo, para tornar mas naturales, menos excepcionales los estados de plenitud que se alcanzan a través del baile, del canto, de la oración, del silencio, del trabaja, del escribir, del estar viviendo juntos, en el marco de otra jerarquía de percepción empleada, de otro paradigma.
Nos gustaría ir mas allá, para eso debemos tener paciencia y saber esperar, porque cuando Dios quiere dar, a la casa va a dejar. Son momentos de prueba, de tener confianza, de agudizar especialmente nuestra percepción, para que la ilusión no nos envuelva y corte la ligazón conquistada.
Toda nuestra experiencia humana  se ve impactada si evolucionamos en la jerarquía de nuestra percepción, nuestra relación con el intelecto, con nuestro cuerpo, nuestra experiencia sexual, nuestras emociones. Esto y más se ve enriquecido con la aparición de un yo trascendente de lo material, de lo humano, que adquiere así meta-competencias para el sistema, un  Yo funcionalmente superior que participa de otro escenario con espacios sutiles espiritualizados, donde otra observación va madurando incluyendo después de las turbulencia tradicionales, una otra realidad, mas inteligencia, mejor inteligencia.
Las distintas potencias de la actividad material, generalmente nos arrastran, nos someten y esclavizan, nos envuelven por la ausencia de habilidades para situarnos trascendentes al ámbito donde ellas fluyen, confundiendo nosotros ese espacio con todo el espacio de lo real, una ilusión de realidad que legitimadas nos aleja de todos los anhelos de integración que brotan como necesidad insatisfecha en los diversos desencuentros dolorosos de nuestra convivencia personal, familiar, social y planetaria.
No es menor el desafío y es a Dios, al Todo, a quien debemos pedir ayuda ¿Cómo? Cantando, orando, bailando, para aprender a más conciencia, más luz, más sabiduría, consecuencia.
Hasta ahora mismo.

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